martes, 9 de diciembre de 2014

cuento #02

no soy yo el portador del esplendor



Estoy como el gato Félix, “esparrao” en la cama. Rabiando de dolor en una pata y sin poder estar de pie ni acostado. El dolor ha ido desde la rodilla, a todas partes. Esta rodilla izquierda mía.

Las rodillas han sido siempre mi punto débil. No hace falta decirlo. En momentos críticos siempre tengo algún problema físico en las juntas. 
Este gato Félix que acostado panza arriba espera para poder levantarse, y poder imprimir, a golpe de cabeza, lo que tiene en ella grabado a fuego; NO.

Dentro de poco todo lo que quedará es un montón de copias grabadas a cabezazos, en los que cada golpe de cabeza, dejará escrita un NO, seguramente en Arial Black.

No le veo el sentido, nunca tuve al esplendor. No soy ni mejor ni peor. Algo que ni siquiera llego a comprender. Me las apañé para declinar toda responsabilidad.

Auryn nunca fue mio. La negación, el NO, prevaleció. No importa que incluso yo pensase lo contrario, estaba escrito en el libro de los tiempos que yo no debía hacer valer el Amuleto. 

          Siento todo el tiempo perdido. Me parece que todo este tiempo apenas haya servido. NO soy yo quien debe ser el Portador del Agua de Fantasia.






cuento #01



Un hombre maduro salió un lunes de invierno a pasear por la ciudad. Durante su paseo se encontró con una feria que había llegado a la ciudad recientemente.

Como no sabía a donde dirigirse, se encaminó con decisión a la primera atracción que vio.

Atravesó una puerta y en un enorme recinto vio hombres que ahora eran eran altos y delgados, ahora bajitos, o rechonchos.

Cada vez que veía a uno de estos hombres sentía una desagradable sensación de rechazo.

En medio de esa sala comprendió que estaba en la atracción de espejos deformantes, y que esos hombres que veía ¡eran él mismo!

Todo lo que vemos en los demás es un reflejo de lo que somos. A veces el rechazo de los demás ¡está en nuestro interior!





viernes, 21 de noviembre de 2014

Neo no ha renacido

Hace poco, estaba pensando en la película Mátrix. Recordaba el momento en que Neo se “desenchufaba”. Se oía un grito, un sonido muy metálico, cuando caía todo por el desagüe, para recoger a Neo, renacido.

Poco después, Neo conoce la verdadera realidad.

Solemos pensar que somos especiales, que somos los elegidos. Mejores en algo.

Pero entre todo esto, meditaba, y me ha venido un pensamiento. “Yo no soy distinto a nadie”. Neo puede ser el elegido en su película. Cada uno puede ser el elegido en la suya. Pero yo no soy distinto de ningún otro en la mía.

Solamente ha sido un pensamiento, y sé que pasará. Se desvanecerá y vendrán nuevos y distintos pensamientos. Pero éste ha sido por lo menos revelador. No soy mejor que nadie.

Tal vez otro día, más adelante, me venga otro pensamiento. Tal vez saber, que yo tampoco soy peor que nadie. Pero ese pensamiento todavía está por llegar.









jueves, 20 de noviembre de 2014

parar y esperar



Creo que voy en plan kamikace. Juego en mi contra. ¿Pero qué otra opción hay? La medicación es horrible, me deja la mente en blanco. Estoy que me quedo en el sitio. Me quedaría sentado, y tal vez lo haga. Quedarme sentado, que pasen las horas.

Es una mierda, una puta mierda. Solamente podría contrarrestarlo con dosis masivas de café. Que es lo que he hecho hasta ahora. Pero me estoy cansando de este juego. La vida, todos, todo el mundo tiene algún problema. No soy el único. Pero no quiero más.

Se supone que debo poner de mi parte. ¿Hasta qué punto estoy capacitado para soportar este vacío? Me deja la mente en blanco. Hoy he dormido todo el día. Lo siento, no soy tan fuerte como creía. Siento mi vida capada. Capada químicamente. Y tengo que consentirlo.

Tal vez sea negociable. Tal vez me puedan bajar la medicación. Pero no puedo estar seguro. Dependo de otros. ¿Qué tengo en mi mano que pueda hacer valer? No quiero sentirme como me siento. ¡Qué angustia!

Lo peor es que no sé muy bien cómo describir lo que me pasa, salvo con la sensación de vacío.

        ¿Qué parte de mi vida está en mi mano jugar? Todos los días no van a ser así, se pasará. Pero ya llevo todo el día durmiendo. 

         No es solamente por la medicación, es por la vida, y cómo me afecta. Es mi situación y lo que me gustaría que fuera, que no sé si podría ser.

        Mañana será distinto. Será otro día. Pero...

Para salir adelante hasta el día de hoy solamente han servido las dosis masivas de café. Pero uno se cansa de tomar tanto café. De jugar contra uno mismo. De chutar a gol contra portería propia. Vayamos al descanso, por favor.

No hay descanso. Solamente inconsciencia. Variar la dosis de la medicación puede significar, significa, la diferencia entre ir acelerado o quedarse tirado en la cama. Y yo tengo que estar aquí viendo este vacío en mi interior.

Hasta cuándo se puede vivir con este vacío.

Puedo escribir a máquina y desahogarme, pero no puedo hacer muchas cosas más. Hoy no. Pero sé que se pasará. Tal vez otro día sea distinto. Pero ahora no lo sé. Quince miligramos de ese veneno puede hacerme dormir. Cuando yo no quiero dormir. 

        Y no sé qué parte de mi vida depende de mí, y cuál se la lleva el vacío. ¿Es que no tengo voluntad? ¿Es que la medicación es tan determinante?

Estar vivo denota lucha, cierto nivel de lucha. Pero este sentir, que solamente puedo llenar con comida, café, fritos y cama. No me apetece nada más. ¡Y me va a matar! ¿Quién mata a quién? ¿Hasta dónde llega mi responsabilidad?

Ciertamente con menos dosis, tal vez sucediera que iría muy acelerado. Podría darme de bruces con la vida. Y ser el golpe mucho más fuerte. 

      ¿Pero qué opción hay? Negociar, probar, probar. Y a lo mejor aguantarse a vivir con este vacío. Porque mejor vivir sin sentir los matices, que salirme de la carretera de la vida, por ir muy deprisa.

¿Hasta qué milimétrica medida podríamos negociar la medicación?

         Ahora sé lo que voy a hacer. Me voy a quedar sentado. Voy a dejar que mi mente vague, y que los pensamientos vayan quedando, poco a poco en el lugar que les toca. 

         Hoy no es día de luchar. Es día de ceder, ya no me vale la solución de tomarme dos cafeteras. Necesito quedarme viendo cómo pasa el tiempo. Que mi espíritu se asiente. Necesito sentir que mi corazón se calma. 

            Voy a parar un buen rato, tal vez con suerte, consiga algo de sosiego. Cuando sube, sube. Hay que bajar. No me vale más la cama, la inconsciencia. Necesito estar despierto, aunque sea para estar sentado y no hacer nada. 

          Mirar. Tan solo mirar. Y esperar.









miércoles, 19 de noviembre de 2014

¡Late corazón! ¡Late!


Algo se me mueve, y no sé qué es.
Todo está movido, como fuera de foco.
ya nada encaja.
Necesito ...¿Qué?
Cosas cotidianas...?
muero porque no muero
o vivo porque no vivo
Necesito, algo
no se trata de nada
pero se trata de otra cosa
cuyo nombre no sé
Si tuviese que nombrarlo
no sabría.
Y me siento imbécil
porque cómo decir 
a los demás
¡que no sé amar!
Y que quiero aprender.
Ir hacia lo incondicional
siendo tan burdo mi mundo
¿Cómo cambiar?
¿Es que tal como soy, vale?
Necesito darte una rosa

Una rosa como esta.
Y que te la prendas en el pelo
o la pongas en un jarrón
es igual...
en realidad,
lo único que quiero es dártela.
Tal vez no dure
Tal vez yo me asuste
de las espinas
para olvidar la fragancia 
de la flor que te he dado.
Para huir... como siempre.
Pero quiero estar aquí
sin ir a ningún sitio
y escuchar ese lugar
que me empieza, ahora
tal vez tarde
a conmoverse
de la presencia
de un corazón
que chuta.




martes, 18 de noviembre de 2014

de hombres y de perros


Hace cierto tiempo una buena amiga puso una foto propia, totalmente deformada. Debió pegar la cara contra un cristal o algo pareceido, porque deformaba completamente su cara.

El mensaje que transmitía era algo así como que ¡Yo no soy guapa!

Era algo un poco ilógico, puesto que esta amiga es de las mujeres más guapas que conozco. Tal vez de ahí pueda sacarse la explicación. Tal vez se sentía valorada más por su aspecto antes que por quien realmente era.

En su momento no busqué hacer una reflexión al respecto. No sé porqué alquimia hoy me ha venido algo a la mente. Una situación que me explicó mi psicóloga para mis asuntos particulares, que tal vez se pueda aplicar al caso.

Yo me debatía, como le contaba a mi psicóloga, que me parecía que los hombres éramos un poco como los perros. Que veíamos a una mujer y íbamos para allá en seguida.

        Esa era una actitud que no aceptaba para mí mismo, me sentía incómodo con eso. La explicación que me dio la psicóloga me sirvió, y tal vez sea aplicable a lo le que pasó posteriormente a mi amiga también.

DE HOMBRES Y DE PERROS.


Sí, los perros ven a una hembra de perro y allá que van a tratar de montarla. Dejaremos de lado si hay en ese momento celo o no. El caso es que el perro va ciego a montar y no mira nada más. Trata de montar de todas las formas posibles.

Los hombres, sí, vemos un cuerpo bonito, una mujer guapa, y nos sentimos atraidos. Lo que queremos es montar a la hembra.

Era con esto con lo que yo no estaba muy conforme, lo que me hacía sentir incómodo en mi relación con las mujeres. Seguramente a mi amiga, que colgó esa desafortunada foto que deformaba su imagen, tal vez le sucediera otro tanto.

LA DIFERENCIA ENTRE HOMBRES Y PERROS.


Según mi psicóloga, en realidad no se puede comparar a los hombres con los perros, porque la comparación es más aparente que real.

Sí, los hombres cuando vemos a una mujer que ESTÁ buena, vamos y tratamos de montarla. Y con ese propósito iniciamos una conversación con el objeto de nuestro deseo.

Ahora la diferencia que se da con los cánidos está en que los perros es sí o sí. Siempre que se pueda. 

     Mientras que en el hombre, siempre que se tenga cierta coherencia mínima. Al iniciar la conversación (cuyo objetivo es meter), una vez que la mujer habla, si vemos que no ES ni por asomo nada interesante, ...hay una parte de nuestro ser que baja gradualmente la inclinación en nuestra fisonomía. 

     Si la mujer está buena, pero habla y no se corresponde la apariencia con una realidad, la mayor parte de las veces lo que haremos es salir cortando. 

Supongo que lo puedo explicar mejor en español que en otros idiomas como el inglés. 

     Si un hombre se acerca a una mujer que ESTÁ buena, habla, y descubre que no lo ES. Retrocedemos automáticamente, desciende nuestro deseo y nos vamos, monte arriba en busca de mejores pastos.

Esto para el caso que me ocupa, que es mi amiga, me lleva a pensar que colocar una foto en la que ella aparece deformada. Y es más, afirma no ser guapa. Cuando lo es. Supongo que se debe a que está harta de moscones y aduce para sí que se debe a su belleza. Y no es así.

Ahora me gustaría decirle a ésta, mi amiga, que si se ve demasiado abordada por los moscones. En un plano más profundo no se debe a que está buena. Lo cual es obvio. Sino por algo mucho más profundo, y es que es una excelente persona.

Le dedico este artículo a María que en el tiempo que la conocí pude constatar que no solamente es una mujer de belleza... que es normal que guste. Sino que también es una mujer que ES una gran persona, muy artista, y que hace sentir cómodos a sus amigos en su compañía.

Yo que físicamente no soy (perdón, estoy) muy allá, compartí piso durante cierto tiempo en la misma vivienda; cabía la posibilidad de sentirme un poco cohibido porque no sabía si me sentiría fuera de lugar con una mujer atractiva... pero lo que encontré fue a una persona que ante todo lo que demuestra es amistad y cercanía.

En realidad no importa si mi amiga es guapa o no. Lo que cuenta es que María lo que primero ofrece es su inestimable amistad. 

Así que si se le acercan muchos moscones no es solamente porque ESTÉ buena, sino porque LO ES (que no es lo mismo)

Aquí la diferencia con el idioma inglés permite explicar que cuando más cerca está el ser y el estar, de más calidad es la persona.

María, chica 10 en el SER y el ESTAR. Tiembla Hamblet.









viernes, 7 de noviembre de 2014

partirá el pájaro azul

no volveré a verlo volar


Se irá. Volveré a ser el de siempre. Limitado. No quiero ni pensarlo. Lo único que se me ocurre es tratar de apresarlo de algún modo. Pero no puede ser.

Otra cosa es, no tratar. Después de todo ¿importa? Lo cierto es que sí.

Por una fina ironía no sé si perdurará. Todo cambia, dicen. Eso no es más que una experiencia. El motivo de que lo subestimase era que nada más era una experiencia. Pasará, como pasan todas las cosas. Y no he logrado nada. Como sucedió otras veces.

Si esto no puede perdurar ¿Para qué experimentarlo? Empiezo a aceptar que se irá, lastima.

El pájaro azul desplegará sus alas y volará, hacia la lejanía. Lo veré partir, casi. Cegados mis ojos por mi propio ver. Su aleteo se perderá entre el ruido de, todo. Y yo volveré a ser el que era. 

Si bien, ¿Quién era yo?




quién no ha bajado la mirada



Este Ncha nuestro. 
Siempre tan grande en lo pequeño.

¡¡¡ QUIÉN NO HA QUERIDO TENER ALGUNA VEZ EL MUNDO EN SUS MANOS!!!





para escribir empezaremos por un principio

Después le iremos añadiendo...


Quería encontrar algún tipo de cuento corto. No tenía ni idea de dónde partir. En este caso, recordando ese muro que a veces siento, e intuyo, en mi interior... tras el cual no puedo ver nada, que me produce la sensación de una vida vacía, sin matices. Ese muro lo he unido con la célebre frase de Pau Donés:

- Darse de cabeza contra una pared. Repetir sin parar, hasta ver cómo se cae.

Tras lo cual, ya abierta la llave del poco o algún magín, han surgido estas otras, ya de cosecha propia. Aquí las dejo.

- Mi mente es una pared. Tras la cual no puedo pasar.

- Pasar a través de mi mente, dura pared se resiste.

- Blanco, blanco muro el de tus pechos idos.

- Duro como blanca es la cal. Dura cabeza que contra el muro rompe, a carcajadas sin fin.

- Amor de un día, fino reproche. Blancas cortinas en tu ventana. De noche escalo el muro.

- Golondrina negra, blanca gaviota que se lanza directa al corazón de tus pechos, henchida de sal. Blanca pared salina.




Por un lado veo blanco, de una pared blanca, como muchas paredes son de ese color. Y por alguna razón, tal vez por estar bajo la impresión de una música de tambores, danza y plumas, vivir en un lugar de la zona mediterránea... surgen las gaviotas, las golondrinas de la primavera, la sal.

Ya se ha pasado el verano de este año, que tanto ha durado. Ya esperamos el invierno con la comezón  de recordar días de bonanza, sol, cielo y mar, sal en el aire fresco de caminar por la arena, descalzos, mirando al horizonte. La mirada ida, cegada por el sol y disfrutando de las redondeadas curvas de silenciosas perezas tostándose al sol.

Miro al cielo y una gaviota me lo discute.

sábado, 18 de octubre de 2014

la mujer de rojo chillón

Sábado 18-10-2014
16:13 Horas.

TALLER DE TEXTOS

Propuesta 2: Frases
Escribir un texto a partir de las siguientes frases inconclusas:


La esperaba a las tres y ya pasan treinta minutos de la hora. Normalmente yo voy a los sitios con un margen de cinco minutos, arriba o abajo, ¡Y trato de no hacer esperar! ¿Por qué los demás no hacen lo mismo conmigo? Espero que esto entre dentro de lo normal ¡Y que no haya pasado ninguna tragedia!

Por mi mente se sucedían imágenes de posibles accidentes que pudiesen ocurrir. Me senté y miré hacia abajo. Mi respiración se fue haciendo tensa. Pronto los pensamientos de una posible desgracia lo cubrían todo. Las baldosas de la parada del bus urbano estaban manchadas de algo, un algo que no se podía ir de allí, a menos que el paso del tiempo lo borrase.

Me invadió una enorme e injustificada tristeza.

¿Cuándo fue la última vez que vi a Gertrud ? Ya ni lo recordaba. Pero con la cabeza hundida entre los hombros, me sumí en una espiral de sentimientos encontrados. Casi esperaba con anhelo que le hubiese pasado algo. ¡Por lo menos así sabría que mis temores eran fundados! 

Y por allí no aparecía nadie.



Mi vista pronto se quedó fija en el trozo de baldosa que, rota, todavía esperaba   que la sustituyeran los encargados de mantenimiento municipales. No había presupuesto. Todo parecía indicar que los precios subirían, los sueldos bajarían, y nadie tendría nada que hacer hasta que todo fuese un desastre.

Es más tarde ahora que ayer para empezar a arreglar las cosas. No había vuelta atrás. Parecía que un diluvio universal cayese sobre mis hombros. Creo que me tengo que tomar una pastilla, el antidepresivo. Joder. ¿Me lo he tomado esta mañana?

Espero que sí.

No tengo que quejarme. No tengo que quejarme. Yo he elegido esta situación. Yo soy el único responsable de mis decisiones.

Una mano de hierro le apretó la nuca, hasta hacerle perder el aliento. ¡ DOLÍA ! Casi me muero del susto, ¡Hasta que vi la inconfundible falda de chillón rojo sangre, que solía llevar ella. El apretón disminuyó.

Era Gertrud. Y como siempre sostenía una sonrisa tan desafiante como fuertes eran sus dedos sobre mi nuca.

Después de un momento soltó la presión y una sonrisa de complacencia acudió a su tez, muy blanca bajo su pelo negro que le caía casi tapándole los ojos.

- Ya veo que continúas con tus viejos hábitos, ¡Eh! ¡Viejo verde! Así podría haberte roto el cuello y ni lo hubieses notado.

De noche sale el sol si la dicha es buena. Realmente estaba bellísima.  Parecía que el día se había vestido de los colores más alegres de la primavera. Aunque venía con su chaqueta torera a juego con su falda, rojo chillón, no había nada en ella que sobrase.

Todo lo que veo en esta mujer me deslumbra. Ya no había de qué preocuparse. Ella estaba allí. ESTABA. Y no le había pasado nada de lo que pude  imaginar. ¿Cómo puede un cielo iluminarse tan deprisa? ¡Con solamente la sonrisa de una bella muchacha!

Hablamos animadamente. Ella siempre con sus historias. ¡Mujeres!

- Tengo una entrevista con el tiempo en el lugar que más te gusta de mi fisonomía. (Gastó una broma, ¡Qué cachonda!)

- Necesito verte, tenemos que hablar. ¡ HAS TARDADO !

- ¡Hey! ¡Quieto parado! ¡Que yo no soy de nadie! A mí, ni el alcalde tiene potestad para decidir a qué hora llego. Además, el tráfico estaba fatal en el centro, ¡Y había unas tontas reparaciones! Al final he llegado ¡Porque he llegado! Te tendrás que conformar con eso. ¡Pringado!


Mañana eran las elecciones. Pero no sabía a quién votaría. Realmente no sabía SI votaría. Tampoco sabía qué hacer con mi vida. Todo dependía de Gertrud. Pero ella parecía que tenía prisa. Ya se iba, cuando no acababa de llegar. Ella era así. Nunca la entendería.

El hombre ideal nació ya, pero murió hace ya generaciones, dijo Gertrud. ¿Por qué no animas esa cara? Mira el cielo, azul, ese azul que tanto te gusta. Escucha el rugir de los coches, tratando de avanzar mientras circulan dando vueltas, ¡Ay!  Interminablemente.

Y recuerda que tú me llamaste, pero no estoy dispuesta a darte más de diez minutos. Así que ya puedes estar largando por esa boquita de pecho lobo. Que aquí nadie se va sin que me pases esos papeles que yacen entre tus manos, estrechados de tanto agarrarte a ellos. ¡Y no me mires con esa cara de demente!





zazen literario

TÉCNICAS Y TEMAS DEL OFICIO

Domingo 11-05-2014
EL TIEMPO / 1

Pág. 310. Taller de textos
Propuesta 1: Esquema.
Elaborar una historia a partir del siguiente esquema:

1.- Escribir un texto en el que el tiempo transcurra muy deprisa.


Miraba la pared enfrente suya, el tiempo parecía agotarse. Debía dar pronto una respuesta a su maestro. Sin embargo, en su mente no se hacía la luz... los segundos se convertían en minutos y el tiempo parecía pasar apremiante.
Si no conseguía resolver la pregunta formulada por su maestro, ...tendría que matarse. Un suicidio ritual.
Temía a la sangre. Sobre todo cuando era la propia. ¡No quería morir! 
Mientras el reloj movía sus agujas a un ritmo vertiginoso. No lo veía, pero en sus tripas ya notaba el sable que se hundía en su carne, dejando salir la sangre, vísceras y el hedor a muerte que ya imaginaba iba a ser inevitable. No conseguía mantener su mente en calma. ¿Cómo entonces pensaba su maestro que iba a poder resolver el koán? 
Un nudo de angustia le atenazaba la garganta. El reloj que medía el intervalo de tiempo iba estrechando su ángulo entre manecillas, ya iba quedando menos espacio entre ellas. El fin se aproximaba, ¡rápido! ¡Piensa!
Un frío helado se apoderó de su cuerpo. En ese momento se quedó de una pieza, solamente estaba él y su respiración. Si iba a morir, moriría. Pero ya tenía la respuesta para su maestro.
El misterioso koán estaba resuelto.

2.- Escribir el diálogo entre dos personajes.


Sí, no sabía qué le diría a su maestro. Pero se encontraba más allá de todo. Cuando el tiempo llegó a su punto final, su mente y su cuerpo se habían unificado. Se presentó resuelto ante su maestro, y tras una reverencia se sentó frente a él. No miró el sable que permanecía junto a éste.
¿Cuál es la respuesta? -Inquirió el maestro. Levemente descendió su mano derecha sobre el mango de su espada, como dando la mano a un viejo amigo...
Había miles de respuestas posibles, pero solamente una serviría, 
- “...no hay lugar para la indecisión”. ¡El joven discípulo soltó un grito que resumía todo el dolor, toda la desesperación y toda la fuerza de sus emociones contenidas, en un sólo impulso de voz! ¡El efecto fue como si de veras golpease a su maestro! Si bien solamente había sido un golpe de voz, era un acto de poder físico sobre aquel. 
- El maestro se mostró inmune a esa respuesta, siguió acariciando con su mano derecha la empuñadura de su sable.
Entonces el alumno inclinó su cabeza, sentado en posición de semiloto, y esperó cerrando los ojos el inevitable golpe final. El que separaría su cabeza del tronco. Intuyó más que escuchó a su maestro desplazarse tras él y levantar sus manos sobre la cabeza dispuesta al desenlace. Ser separada del tronco de un solo batir del sable de su maestro. Pero nada de esto importaba ya.
Pero en su lugar, lo que notó fue un toque, firme, sobre su hombro izquierdo. 
Discípulo y maestro se miraron, y el joven pudo ver que el anciano abad del monasterio, enfundaba la espada en su cinto.
- De momento, creo que podemos prescindir de esto. Tal vez mereces conservar la vida. Has resuelto el acertijo sin respuesta.
Un espíritu templado y dispuesto a morir era la respuesta.



2.2.- Escribir el diálogo entre dos personajes.



- Gaby, ¿no tenías miedo a morir degollado por el maestro?
- Estaba aterrorizado, ¡De veras! Sin embargo, algo pasó.
- ¿Qué quieres decir? ¿Qué sucedió?
- En los últimos segundos de mi zazen... me reconcilié con mi suerte. Si debía morir, moriría. Nada podría evitarlo.
- Quieres decir ¡Que no te importaba!
- No era exactamente eso... simplemente ya no existía un antes y un después. Simplemente sucedía, tan solo eso. No había un antes y un después. Yo había desaparecido ante la katana. No podía matarme porque no había nadie a quién matar.
- Creo que no lo entiendo. Pero... ¿Tuviste miedo? ¿O se te pasó luego?

3.- Escribir un texto en el que el tiempo transcurra lentamente.


Los días pasaron. Y conforme pasaban los días, estos se convertían en semanas, y estas en meses. Pronto las estaciones se sucedieron. No hubo ya ninguna mención a una katana de la que se habló un tiempo. Las hojas secas de los árboles se desprendían de estos. Y nuevos brotes venían a sustituirlas.
Un día Gaby despertó y su pelo se había llenado de canas. Sabía todos los pequeños rituales que debía saber para desenvolverse en el monasterio y la vida monástica. Sin embargo ¿Era por ello más sabio? Lo dudaba. Sin embargo un gozo callado lo llenaba. Una parte de su ser sabía que no moriría. Algo de sí, perduraría más allá de la muerte.
No sabría describirlo. No con palabras. Se uniría a la inmensidad antes o después, pero su paso por el monasterio no había servido para aprender tan solamente unos rituales. Algo se había vuelto infinito en él. No hubo que decírselo a nadie.
Un día su maestro vino a él y le preguntó ¿Lo sabes?, y se miraron a los ojos. No hacía falta respuesta. Ya empezaba a traspasar el otoño de su vida, pero permanecía ágil, debido al trabajo diario, Samu. Ya fuese en meditación profunda o bien en cualquier momento cotidiano, Gaby aprendió a ser feliz, sin razón alguna.

4.- Continuar el diálogo anterior.


- ¿Por qué eres feliz, Gaby? No hacemos más que barrer estas malditas hojas. ¡Día tras día!
- Y por qué no serlo. Son hojas y se van. Nosotros también nos iremos un día.
- Pero nosotros no somos hojas. Nosotros somos personas. ¡No vayas a compararme con la horasca!
- ¿Por qué no iba ha hacerlo? Lo único que te separa de la hoja seca que hay en tu escoba es que tu tiempo todavía no ha terminado. Por lo demás, no somos muy diferentes. Venimos y nos vamos a cada momento.
- Me pones los pelos de punta. No sé si te pasas de pesimista. Pero en ti percibo que ya te has congraciado con la vida.
- No solamente con la vida. La vida la hay que vivir. Pero solamente la vida adquiere significado cuando se ha contrastado con su opuesto. Un día alguien amenazó con terminar con mi vida. Ahora creo que simplemente, ese momento se ha aplazado. La espada está siempre a un dedo de segar nuestra respiración, por eso es tan esencial zazen.
- Te escucho, pero no te comprendo. ¿Qué tiene que ver zazen con la muerte?
- Con la muerte no. La vida y la muerte son lo mismo. Tan solo opuestos que giran uno respecto del otro. La vida, la respiración, la concentración en la respiración. Zazen. Todo lo que viene luego se va. Todo se mueve en círculos. La vida es un continuo devenir. ¿No te ha enseñado eso zazen?
- ¿Enseñarme zazen algo? Creía que lo único que podía aprender sentado era aguantar el dolor de nalgas... ¡durante horas!

5 .- Escribir un texto en el que el tiempo esté detenido.


Ese día lloviznaba. Caía una fina capa líquida sobre los impasibles monjes cuando se dirigían a la meditación de la tarde. De un modo impecable se asentaron sobre sus futones y comenzó la sesión de meditación, zazen.
Gaby pronto entró en una respiración acompasada. Como tantas otras veces no tenía más que centrarse en su respiración. Su cuerpo conocía los tiempos para relajarse y pronto se sintió cómodo sentado en zazen. La tarea de hoy era ...espirar, inspirar, espirar...
El tiempo no pasaba, su mente dejó de existir como no fuese para percibir el flujo y reflujo de su respiración, tal y como el mar tiene en sí una marea que está sujeta a un natural irse y volver. Su respiración iba y volvía. 
El tiempo se detuvo. Se adentró en sí mismo, hasta que la respiración se hizo imperceptible. Solamente estaba su atención , quieta. Absolutamente quieta, como un lago en calma. Se fundió con la respiración. 
Pronto todo desapareció, y lo único que quedó fue samadhi. 

6 .- Continuar el diálogo pero incorporando a un tercero.


Un discípulo recien llegado, un neófito, se acercó mientras barría las hojas de los sauces cercanos. Su nombre era difícil de pronunciar. En realidad pocos le llamaban por el nombre. Le sacaron el sobrenombre de “chiquito”, era un hombre de constitución pequeña, parecía casi un niño.
- No estaba escuchando, pero no he podido dejar de oír que hablabais de meditación. Yo no sé apenas nada, y ...sí me duelen las nalgas, como decías tú.
- Sí, es difícil estar tantas horas sentado y que no duela, aunque parece que a nuestro amigo Gaby no se lo parece.
- Bueno, no es exactamente eso- Replicó Gaby. Mira Chiquito, no importa lo que te duela, sino dónde pones tu atención. Es como aquella vez que estuve en Tailandia. Los mosquitos eran un incordio...
- ¡Estuviste en Tailandia!- Dijeron a la vez Chiquito y el amigo Rafael.
- ¿Cómo pudiste meditar un solo momento? ¡Yo odio cuando un solo mosquito me saca de la meditación!- siguió Rafael, mientras empujaba unas hojas con su escoba de caña.
- De eso se trata. Un picotazo de mosquito no es más que eso, hay que meditarlo. Si te paras a observarlo, los mosquitos posándose y acertando a picar, no son más que cualquier otra cosa...
- No hablarás en serio. Yo sería incapaz de quedarme quieto mientras me picotean.-Dijo Chiquito.
- Pero nos dicen las enseñanzas que debemos amar a todos los seres. Cuando piensas que el mosquito es tu amigo, puedes permitirte darle parte de ti, para que se alimente. Una vez que llegas a ese conocimiento, no importa que te saque un poco de sangre. Tal vez un día tu pises algún animalillo involuntariamente, o mueras para a su vez servir de humus a la hierba del campo. Todo forma parte de lo mismo.
- Rafael y Chiquito lo miraban con asombro. Parecía demasiado fácil.- ¿Estás de coña? Yo no pienso dejar que me piquen los mosquitos, dijo Chiquito. ¡Y por qué tenéis que hablar siempre de la muerte!
- En realidad, la muerte, es una valiosa herramienta para la meditación. Simplemente pone las cosas en su justa medida.- Apostillo Rafael.- Del polvo venimos y al polvo volvemos.

7 .- Acabar el texto con la descripción de una noticia.


Chiquito parecía un poco escéptico respecto a todo eso. Realmente no llevaba mucho tiempo desde que aprendió a meditar. Ahora comprendió que posiblemente nunca llegaría al nivel de un buda iluminado.
- ¡Escuchad! ¿Sabéis que vamos a cambiar de prior? ¡Parece que el viaje a Japón de nuestro maestro le llevará demasiado tiempo, y va a dejar a alguien para que le sustituya! ¿Quién creéis que le sustituirá?
- No creo que eso afecte demasiado a la práctica. Los monjes estamos habituados a una rutina muy concreta. Me recuerda el viejo lema cisterciense: “Ora et labora”. Si limpias un día el suelo, y después pasa un gato dejando pisadas, no te enfadas. Simplemente vuelves a limpiar.
- Yo solamente espero que la comida tal vez tenga un poco más de sustancia. ¡Estoy harto de sopa aguada!, su quejó Rafael.

espero ser digno de utilizar esta imagen en mi blog

sábado, 13 de septiembre de 2014

¡ Qué barbaridad !



Conan el Bárbaro. 



Se pelea con toda clase de enemigos habidos y por haber, no para de dar guerra en toda la película y el jodido al terminar, va y se sienta. A esperar...


¿A qué espera? ¿A que su madre le acerque los chocokrispis...?







(Da que pensar...)


domingo, 24 de agosto de 2014

el sentido loco

Los mismos ritos

No le encuentro sentido a hacer las tareas diarias, a estar todo el día sin parar, limpia que te limpia. A veces limpiando sobre limpio. Es una necedad.

        Sin embargo las buenas familias, pese a ser piña, tienen tiempo para limpiar, y son «buenas familias». A quién se ocupa en cosas extrañas, ¿habrá que cogerlo y matarlo?

Hay un tiempo para cada cosa, sin embargo el loco solamente tiene tiempo para darle vueltas a lo mismo. Una y otra vez, repite de un modo insensato, las mismas tareas, los mismos ritos. Con la esperanza de que las hadas se lleven su espíritu.

El loco, no sabe que solamente hay un mundo. El de los hombres, y que como hombres vivimos. Por mucho que los elfos señalen con sus dedos índices la redondez de la luna llena, allí en lo alto del cielo nocturno.

viernes, 22 de agosto de 2014

el remanente de un sueño

Hoy me he despertado todavía con el remanente de un sueño. Era del estilo de “Origen”, sueños dentro de sueños. Ha sido muy raro porque sabía qué era, pero al despertarme ha ido perdiéndose, justo un momento antes de poder recordarlo. No he logrado sacar del sueño más que su sabor. Y se ha perdido en el tiempo de Nunca Jamás.

No me extraña el haber tenido un sueño así. Anoche, fue raro. Me venía ya de por la tarde; pensando en llegar a algún sitio... llegar allí, porque aquí no estoy bien. Sin pensar que el nuevo aquí tal vez no hiciera que me sintiera bien tampoco. Como se dice, el agua que sabe mal en un vaso, puede saber mal en otro vaso.

Un allí deseado, que se torna en aquí. Tal vez para descubrir que aquí no me gusta estar. Y vuelta a empezar. Pero esto en realidad no va de cómo sabe el agua en otro vaso. Esto va de que si no me gusta el aquí, el ahora, no hay otro sitio al que ir. Salvo a la locura.

La perspectiva es un poco chunga. ¿Qué pasa si no quiero estar aquí y ahora? La única alternativa es salirme de lo que alguien llamó “la matrix”. Sin embargo este es un término que he sacado de internet. No conozco a nadie de mi entorno que hable de una matrix.

Sin embargo no es descabellado creer, aquí voy a ser un poco redundante, que las propias creencias las elegimos nosotros. En realidad, es más complicado que eso. Lo que he venido a llamar matriz, impide que tomemos una posición libremente aquí y ahora. Nos vemos a nosotros mismos a través del cristal de nuestra propia lente.

Lo peor es que no hay otra.

Despertarse. Ir al baño, asearse y desayunar. Pronto nos vemos sumergidos en una rutina al estilo del día de la marmota. Día tras día. Un día tras otro tomando las mismas decisiones.

Pero ¿Qué pasa cuando no sabemos decidir? Parece que las opciones no pasan a lo sumo de dos o tres variables ...y soy incapaz de tomar partido entre esas pocas opciones.

Tal vez haya que confiar en que el sistema se ocupe de arreglar lo que sucede en nuestro entorno. “El sistema” siempre se ha encargado de sacar a flote el barco. Pero también ha sido el sistema el que se ha deshecho de los residuos. ¿Yo a qué categoría pertenezco?

A una edad de cuarenta y tantos, no estoy muy seguro de a qué categoría pertenezco. Ni si el sistema seguirá funcionando tal y como lo ha venido haciendo hasta ahora. Pero...

Hay otra posibilidad. Que el sistema se perpetue, de nuevo, y vuelva a vivir en un eterno día de la marmota. Día tras otro. Tomando las mismas opciones.

Esto me hace volver el sueño que he tenido esta mañana. Los vestigios de ese sueño, dentro de otro sueño, a lo Origen. ¿Es posible adentrarse en uno mismo? ¿Es posible que haya una oportunidad? Un resquicio por el que colarse y salirse de la rutina.

Demasiado tarde diría. Esa opción creo que la da la vida en contadas ocasiones. Me encuentro en un viaje en el que ya tengo asignado un boleto. Un boleto con un número al que yo no quería jugar. Y no sé si tiene premio.






jueves, 10 de julio de 2014

olores de infancia

Este... no era el caso... 
¿Por qué será que ahora que hace cierto tiempo que tengo canas en el pecho...? (Y en otras partes del cuerpo a las que no llego a ver, ni lo investigo). Bueno, ¿Por qué me da por acordarme de mis abuelos?

Sí, esos abuelos antiguos, arcaicos. Carcas. 

¿Por qué es ahora que caigo? Pareciera que aun en el recuerdo, detrás de cada decisión tomada por mis abuelos, había una razón bien fundada.

- Abuela, ¿Por qué no usas el juego de cuchillos que cortan?
- Porque están nuevos.

- Abuelo, ¿Por qué no arreglas ese grifo que gotea en la pila llena?
- Porque no cuenta.

- Abuela, ¿Por qué no pones lavadoras más a menudo?
- Porque se rompe.

- Abuelo, ¿Por qué está la puerta de la nevera atada con una cuerda?
- Para que no se abra.

- Abuelos ¿Por qué vivís con la pensión de uno y ahorráis la otra?
- Para el día de mañana.

Todo tiempo pasado no fue mejor.

Sí, todo tiempo pasado no fue mejor. Pero se me queda un regusto a sabiduría antigua; un sentir extraño en los días que corren. En aquel entonces no se corría como se corre ahora. 

Detrás de todo había una razón fundada, bien o no, pero fundada.

No importaba que cuando se cambiaba la hora mi abuela fuese a comprar el pan una hora antes.

- Abuela ¿Por qué no adelantas el reloj cuando en la tele dicen que se cambia la hora?
- Porque si tocas el reloj, se rompe.

No sé si se trata de negar la verdad de la vida. Pero saco la conclusión, pese a todo, de que tras tan vetustos quehaceres, había una cultura del cuidado por el mundo que les rodeaba. Un cuidado que veía el conjunto del bosque, pese a perderse el titilar de la vida más inmediata de los jóvenes.






jueves, 29 de mayo de 2014

trabajo en equipo 2ª parte

Mi lugar en este mundo llamado civilización.


El único modo en que uno puede aprender a reconocer y evitar las trampas del pensamiento es familiarizarse con ellas en la práctica, incluso corriendo el riesgo de ganar en sabiduría mediante una triste experiencia. Es inútil empezar a filosofar con un curso de lógica introductorio con la esperanza de evitar así al iniciado el riesgo de tomar el camino equivocado.
- Leonard Nelson

Lo que me motivaba a un cambio de medicación era precisamente eso, tener un cambio. Ya que la falta de dinero se hacía apremiante, aun no era letal, pero necesitaba otras actividades que me hicieran encontrarme bien. Ya no quería, o no podía, contentarme a trabajar simplemente por trabajar. Quería hacerlo bien.

Pensé que encontrarme bien, fuera del trabajo, era lo que necesitaba para encontrarme bien en el propio trabajo. No podía saberlo todo a través de la razón únicamente, como dirían los racionalistas. Algunas cosas necesitaba saberlas por la experiencia. 

Necesitaba, eso pensé, un cambio de medicación que podía hacer que me sintiese distinto. Necesitaba reubicarme. Necesitaba sentir que mi sitio en el mundo era distinto a como venía siendo.

Hice crisis. Por diversas circunstancias afloraron cuestiones que antes no estaban visibles. Mi dificultad de relación, la dificultad para colaborar; surgió efectivamente que reevaluase qué sitio quiero para mí en el mundo. Supongo que este mismo escrito es producto de esa reevaluación.

TRABAJO EN EQUIPO


Un equipo es siempre más importante que los jugadores individuales.

Desde una perspectiva evolucionista, los humanos están genéticamente programados para cazar y recolectar.

Pero la caza es diferente, la clave es un plan unificado para hacer bien el trabajo. La caza era, en su origen, un esfuerzo de colaboración, algo que se hacía en grupo para aumentar la probabilidad de éxito, vital para la supervivencia.

Uno tal vez prefiriera ir por su cuenta, pero si no conseguía una presa, no podía esperar compartir la cena con los demás.
- Más Platón y menos Prozac. Lou Marinof.


Para bien o para mal me llegó la reevaluación de “mi lugar en la vida”, esto es de “mis miedos”. A día de hoy sin resolver. De cómo me comporto en sociedad, cómo siento que debo competir, aún cuando prefiero no expresarlo. De hecho reprimo la expresión de mi competencia. 

Y un aspecto muy importante. El sentir de un modo integrado la propia sexualidad. En relación con mi entorno me he sentido invisible. Desconectado. Ahora me enfrento al reto de vivir en medio de una sociedad en la que la jerarquía social, el status social, ha de ser ganado. En un lenguaje no verbalizado, he de aprender cuál es mi sitio.

Y sobre todo, aceptar que no puedo salirme de la sociedad, ni de su carácter, digamos, más común con las otras especies. El hecho de que somos seres sexuados. Estoy integrando mi sexualidad en mi vida. Aceptándola. De ahí viene la posible dificultad para emprender cualquier empresa.

Cuando salgo a la calle, me siento separado. Mirar, mirar y no querer parecer que fijo la mirada. Aceptar el hecho de que soy un hombre. Aún cuando las consecuencias de ser hombre pasa por responsabilizarme de mí mismo.

¿Significa eso que puedo aparcar a un lado una discapacidad? Ahora mismo no sé si mis dificultades entran en el campo de la discapacidad o no. En cualquier caso, ¿Con qué recursos cuento para integrarme? Supongo que esto ha de ser prioritario, pero lo tengo que compatibilizar con una posible vuelta al trabajo...





trabajo en equipo - 1ª parte

La filosofía budista dice que los conflictos externos (entre las personas) casi siempre son producto de conflictos internos (dentro de las personas).


En mi vida diaria solucioné mi necesidad de salir, de encontrarme con otras personas y crecer en relación con ellas, únicamente a través de mi puesto de trabajo. 

Durante años al terminar de trabajar el viernes suponía un duro golpe. Una vez terminada la jornada del viernes, me encontraba de súbito frente a un agujero que me devoraba. Un abismo, me encontraba con que no tenía nada que hacer.

Durante la semana conseguía la motivación para hacer cosas a través de mi obligación para trabajar. En el trabajo me encontraba con otras personas. Allí me apoyaba en el trabajo en equipo para realizar-me. El problema es que no sabía vivir sólo. 

Ese gran abismo del fin de semana me dejaba muchas veces sumido en una somnolencia en brazos de un dios del sueño, abatido en la cama. 


     El paso a vivir independiente


De una forma penosa descubrí que vivir sólo en mi propia casa, convertía lo que antes era solamente los fines de semana, en un no poder soportar estar sólo... durante toda la semana. Tener una vivienda propia tiene sus ventajas. Pero la soledad no es una de ellas.

Tal vez no saber vivir sólo fuese el problema en aquel entonces. Antes o después debía revertir en su opuesto, no saber vivir con los demás. Que de eso me parece que va esto. De la sensación de rechazo más nuclear.

El olvido de quién es uno mismo. Lo vivo como un no saber cómo estar con los demás. Sabedor en mi interior de esto, aunque no lo expresase en ningún momento. ¿O sí lo expresé? El caso es que el primer año de vivir en mi piso, supuso varias consecuencias. 

Entre ellas el tener que dejar la terapia de grupo, que suponía un apoyo sustancial para mi trabajo. Y el hecho de que responsabilizarme de una casa y su mantenimiento, de cara a los demás, no podía expresar lo que me costaba. 

Ese primer año de vivir independiente, supuso el llegar arrastrándome al trabajo. Con la única motivación de llegar más o menos a tiempo.

Inevitablemente, la solución pasó por una reducción de jornada.


Irónicamente. A partir de la reducción de jornada, tuve que pasar más tiempo en la soledad. Frente a frente con el problema. Yo mismo y mi dificultad para estar conmigo mismo. Tal y como tenía dificultad en estar con los demás.

Como sucede en muchos casos un aspecto de mi vida se convierte en su opuesto. De la dificultad de estar sólo, paso a reflejarlo en la dificultad para estar con los demás.

"Al volver del trabajo debes sentir la satisfacción que ese trabajo te da y sentir también que el mundo necesita ese trabajo. Con esto, la vida es el cielo, o lo más cercano al cielo. Sin esto -con un trabajo que desprecias, que te aburre y que el mundo no necesita- la vida es un infierno."
- W.E.B. Du Bois

A menudo encontramos que lo que fue una respuesta hasta ahora, deja de serlo después de un momento dado. Parece que desde una trayectoria en la que la premisa es que debo trabajar, porque es en el trabajo donde encuentro lo que no tengo en la vida; el verme conmigo mismo, a jornada reducida redundó en algo más.

El trabajo nos evita tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la pobreza.
- Voltaire

El Bhagavad Gita recalca la importancia de hacer un buen trabajo por el mero placer de hacerlo bien.

Que no sea el fruto de tu acción el motivo, ni te apegues a la inacción.
- Bhagavad Gita

La reducción de jornada redundó en una disminución de ingresos. En teoría la reducción no debía haber sido tanta, pero sea por lo que sea me vi en situación de cobrar la mitad de ingresos de lo que tenía hasta entonces. Ahí entraron ciertos baremos, dentro de las leyes y plazos, en relación con el trabajo para discapacitados.

Todavía no le veíamos las orejas al lobo. En el nivel de operario dentro de una buena empresa no nos llegaba la información de lo que tenía que venir. 

Sin embargo, yo me encontraba enfrentado a la escasez antes que mis compañeros de trabajo. Así que cuando esta llamada crisis se hizo notar en nuestro ámbito, yo ya llevaba meses quemado.

Creo que fue esa circunstancia la que me impelió a buscar nuevos alicientes fuera del trabajo. Tal vez mi falta de visión respecto a mi mismo redundase en que buscase el cambio en mi vida. A través de lo que me da la estabilidad, la medicación. De común acuerdo con mi psiquiatra hicimos un cambio de medicación que me desestabilizó un poco.

         Fuese por lo que fuese mis decisiones trajeron consecuencias. Divido este escrito en dos partes. Después seguiré a ver a qué lógica me dirijo.





dudas existenciales

 

       Dime espejo: "¿Quién soy?"


Demasiado café. Me tiemblan las manos. Me estoy preguntando qué sucede en mi vida. Me gustaría pensar que tengo  pendiente lo de hacer la limpieza. Curiosamente la limpieza de mi parte más íntima, más nuclear, siempre ha sido una cuestión pendiente.

Sin embargo la limpieza es como algo, sí pendiente, pero accesorio. Hay que limpiar la cocina, la cocina es el centro de mi hogar, el núcleo de mi ser necesita una limpieza. Necesito poner a punto mi ser esencial. Pero ese no es el problema.

La soledad, el aislamiento, el rechazo. Soy rechazado ¿O soy yo quién rechaza? No estoy seguro de si se pueden separar ambas cosas. Dar y recibir van de la mano. Cuando uno trabaja, ofrece un servicio y recibe una energía a cambio. O dinero. Sea lo que sea el dinero.

De pequeños nos enseñan lo que es el valor del dinero, si tenemos suerte y no nos tocan unos padres que no saben qué hacer con sus hijos. Lo normal es que el valor del dinero se aprenda en la infancia. El valor del trabajo.

Hay otras cosas. El valor de la amistad. Para mí fue una incógnita lo que era la amistad, durante décadas. Creo que el problema es que no tenía una idea de quién era yo mismo. ¿Lo sé ahora? Tal vez no se sabe nunca a ciencia cierta. Es decir, siempre se puede aprender algo sobre uno mismo. También se puede aprender sobre los demás.

Por eso no sé si se puede distinguir entre rechazar y ser rechazado.

Fue brutal. En mi infancia, la soledad. Querer romper ese muro de soledad que vivía; que tal vez no era objetivamente real, pero era vivido así por mí. Y ahora me pregunto si puedo salir, o si podré salir en algún momento.

Me lo he montado de puta madre. Me he quedado sólo, en la almena del castillo. En la más alta torre, custodiado por un dragón que dice, nos os acerquéis. 

Rechazo.


Yo sé lo que es la soledad. También sé lo que es el rechazo. Pero puedo admitir que tal vez, solamente sea algo que me refleja. El espejo mágico de la madrastra, o de la bruja mala.

Gustarme una mujer, y mirarme al espejo y no encontrarme digno de amor. Tan solamente encontrar el rechazo en el espejo. ¿Quién es el más bonito en esta tierra? Dime, espejito.

Tu puta madre, tío feo. Cualquiera menos tú.

Bueno, me estoy saliendo de madre. Será mejor que reconduzca este escrito hacia un tono más saludable, en el que no salgan palabrotas tan altisonantes.

¿Por qué? ¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? La última de estas preguntas no ha sido pensada por mí. Me la sugirió un terapeuta. Donde yo me preguntaba ¿quién soy? él me propuso que me preguntase, ¿Para qué estoy aquí? De todos modos, no encuentro muchas respuestas a estas preguntas.

¿Para qué? 


Es un salto al vacío. Las voces resuenan en mis oídos. ¿Todo el mundo se hace estas preguntas? Decía mi antigua psicóloga, Alicia Gonzálvez, que la gente normalmente no vivía preguntándose estas cosas.

      Fue ella quien me propuso que me metiera a escribir un blog. Parece que fue una indicación valida.

Sin embargo, no siempre se tienen entradas válidas. Tan solamente puedo dejar caer estos textos muy de vez en cuando. Sobre el valor de lo que escribo... Tal vez tenga algún valor, si resuena en los oídos de alguien.

Para cada uno de vosotros. Os dejo algo que estoy escuchando mientras escribo: